MASTECTOMIA DOBLE PER L'ESTEL·
ESPAÑOL
/Estel· Juvanteny y Fradera. Pronombres neutros y masculinos. veintisiete años. Persona No-Binaria Trans en pauta hormonal. De clase obrera y de pueblo. Artista, Educadore y Activista. Sin independencia económica./
Para más información: esteljuvanteny@gmail.com / @3.lll.lll
Cuando podemos decir que ya no podamos más?
A mí me han enseñado a conformarme y he aprendido a sobrevivir, como todes. A decir: "es lo que hay", hasta que he "decidido" que ya no podía más. He "decidido”, entre comillas, porque no me quedaban muchas más opciones. Me despertaba cada día ante une Estel· que prefería dejar de existir, pero que por conformismo y para no decepcionar a nadie, sobrevivía hasta el final del día, cada día. Conformarse no es decidir, conformarse es someterse a qué otros decidan por ti.
A los dieciséis años yo ya tenía clarísimo que, como mínimo, las tetas no me pertenecían. Aquello creció sin mi permiso y a todo el mundo le parecía normal menos a mí. De repente me vi cargando de por vida dos pechos que me parecían desproporcionadamente grandes. Me lo parecían porque me lo recordaban cada día en la escuela y eran, muchas veces, lo único que veía la otra gente. Parecía que aquellos pechos habían decidido el resto de cosas de mi vida. Mi coño no, para mí, en aquel momento, eran las tetas.
En clase todo el mundo tenía un apodo, lo escogían los que tenían menos ganas de estar en la escuela, pero tenían que estar ahí por fuerza y los avispados se aprovechaban de este rebautizo, para aliñar el aburrimiento de los contenidos desfasados del temario. Mi apodo era "postisses” en castellano: “postizas” (uf, me da toda la sensación de "deadname").
Mis pechos llamaban la atención, ya fueran escondidos bajo una camiseta y capas de ropa, o bien expuestos como frutas en un pedazo de escote; hasta el punto que se especulara que eran pechos postizos. Sin mi consentimiento, la gente se tomaba la libertad de mirarlos descaradamente, de tocarlos y de exigirlos. Qué asco, cuando lo pienso me las arrancaría yo mismo... Fue entonces cuando se desengancharon de mí, creo, y no fue mía la voluntad, simplemente ocurrió.
Se me rasgaron por dentro aquellos pechos grandes y redondos y se me desengancharon, tú, quedándose allá donde estaban, pero vacíos de mí. Yo me acabo (como Estel·) desde los dieciséis años a la base de las tetes y esto es algo que me ha costado mucho poder explicar. He intentado hacer de todo para recuperarlas, una vez me drogué y por unos instantes noté como se llenaban de mí aquellas tetas, pero duró nada y menos, y yo no puedo vivir drogado porque tengo cosas que hacer, y cuando voy "grograt" pierdo los papeles. La gente me decía: "pero como puedes no querer vivir en este cuerpo, si es precioso" y "estas tetas, ojalá yo las tuviera así de gordas, valora lo que tienes”. No diré que no hizo daño, aquel dolor que no se veía y, por lo tanto, no se reconocía. Aparte del dolor del momento, esto me ha torturado medievalmente, como un reverb que se acopla a otros dolores, durante años y años y años. Ahora que hace once meses que estoy en pauta hormonal de testosterona, los pechos se me han vaciado de grasa. Solo queda la glándula mamaria y yacen deshinchados como globos tristes sobre mi vientre muchas veces. Ahora noto, todavía más, como de desenganchados están de mí.
No les faltaba razón a las criaturas, mis tetas son postizas, porque lo que yo tengo son pectorales.
La cosa es que cada vez me corre más prisa para ajustar esta parte de mi cuerpo a mí y poder hacer una vida digna, me siento miserable y por eso "decido" que ya no puedo más, pido ayuda para financiar esta operación porque yo solo no puedo asumir el coste y en el CAP me dan ocho años de espera (o de des-espera, más bien dicho).
Yo sé que el dolor físico de la cirugía estará ahí de formas variopintas durante meses, no jodas, pero no será, ni mucho menos, equiparable al dolor que he pasado y al que me enfrento cada día. Esto no os lo puede explicar ningún médico, os lo tengo que explicar yo, ahora os lo anticipo como persona informada y espero que, de aquí a un tiempo, os lo pueda explicar como persona operada <3.
Si quieres que te explique cómo lo vivo ahora:
Vestirme es un Cristo cada día, tardo horas y tampoco tengo tanta ropa, créeme, me pruebo las mismas camisetas y pantalones veinte veces. Hago tarde en todas partes por esta razón y muchas veces no salgo de casa si no es necesario o tengo que ir a trabajar, por no tener que pasar por este momento de sobre-análisis de lo que me queda “femenino” y lo que me queda “masculino”. Es una tormenta de pensamientos que me deja sin energías y sin ganas de vivir.
Tengo una faja compresora para allanar el pecho y a veces eso me ayuda a salir de casa, pero me destroza la espalda y no me deja respirar, no la puedo llevar más de 6 horas, no lo puedo llevar para hacer deporte ni bañarme, y tengo tanto pecho y la espalda tan pequeña que el binder no allana nada, más bien aglomera aquello que me cuelga en una "mega-uni-teta" que todavía me hace sentir más ridículo y expuesto.
Cuando paso por delante de los escaparates o de los espejos, no puedo evitar revisar que todo esté lo más plano posible, pero nunca es suficiente. Cambio mi postura y me quedo encorbade como un bastón. Me sé todas las "poses" y en los selfis no se nota, pero porque me paso horas entrenando la vista.
No puedo llevar la ropa que me ayudaría a tener algo más de "passing" (por si no lo conoces: que haga que la gente me lea más en masculino que en femenino y potencialmente me trate de "él" (puesto que, el pronombre neutro fuera las burbujas queer parece imposssssssssible de aprender)). Da la impresión contraria y me acentúa todavía más las tetas, porque es ropa que representa que la lleva gente sin pechos.
Cada día la gente que me cruzo me trata de "ella". Al principio dices bueno, no pasa nada, a mí me importan las de casa y a las que amo y a los otros pues que los den. Pero te va cargando con el tiempo, y yo, que soy un pedazo de demonio goblin de madriguera húmeda y sucia, príncipe guapo y un poco twink también, pero bestia, al fin y al cabo; pienso: "cómo es posible? Donde ven el "ella"? Después de todo el que hago y de lo que he hecho?". Así no se puede vivir, yo estoy harto.
Yo quiero poderme poner (o sacarme) lo que quiera sin sufrir esto día si, día también.
Me está empezando a salir un bigote y una barba con pelos más-que-vello, con raíz y dirección, chulísimos porque son naranjas como los de la cabeza, y a mí me parece que me quedan muy bien, pero me aterra salir a la calle con bigote y tetas cada día. Yo quiero mis patillas, las tetas que se las quede otra persona, tú.
Continuaré trabajando para conseguir pagar la mastectomía, organizando acontecimientos para recaudar dinero, ahorrando lo que pueda, pero pagar el alquiler y comer siempre irán por delante. Solo no podré hacerlo, pero no estoy sole, estáis vosotres.
Aportes lo que aportes te lo agradezco entero y te hago el beso virtual en la mejilla más grande que te hayan hecho nunca; ya sea en forma de dinero, compartiendo la campaña, o de apoyo en la lucha. Gracias <3.